
Otro yo
Cuando se trata de criticar el proyecto de un arquitecto, la población en general se convierte en eruditos del tema. Esto es algo que me parece bastante desagradable e intento mantenerme imparcial al leer o revisar un proyecto de un colega, sin embargo, en ocasiones por compromisos personales o profesionales me he visto obligado a dar mi “opinión” sobre una obra, diseño, o concepto ajeno. Estos son los tres principios que me ayudan a criticar a mis compañeros sin dejar de reconocer su trabajo:
Primero, reconocer que probablemente no siempre estoy al tanto de todos los detalles del acuerdo entre cliente y arquitecto es siempre mi primera frase al emitir mi opinión. Las solicitudes o limitantes que se hayan establecido en las negociaciones determinan en gran medida el rumbo de un proyecto de diseño, y es por esta razón, que la mayor parte de las veces prefiero quedarme callado.
Segundo, fundamentar es lo importante. Y de hecho es lo primero que cuestiono al revisar la solución a un problema arquitectónico. Continuamente me lo pregunto en mis propios proyectos e intento ser coherente con cada decisión tomada. Desde el porqué un muro nace en un punto específico o porqué un claro tiene ciertas dimensiones, la fundamentación es y debe ser la respuesta del diseño. (Leer: Arquitectos Eficientes)
Finalmente, dice Louis Kahn que el servicio más grande que un arquitecto puede hacer es exaltar y servir a una institución del hombre. Es nuestra obligación otorgar función al programa de la institución que se diseña. Sin embargo, la solución tectónica no esta ligada al mismo, sino a su correcto correcto funcionamiento. Un edificio es bello porque funciona y en consecuencia exalta su naturaleza. Qué diferente sería este mundo si la función fuera la esencia de los proyectos en lugar del ego estúpido de los diseñadores. (Leer: Archidivas)
Contribuir a la solución. Cuando desde mi perspectiva hay errores elementales de diseño, con muchísimo respeto propongo una solución alternativa que no lastime el concepto, ni el papel de mi colega / compañero. Estos errores usualmente están en torno a conceptos básicos que fueron dejados de lado: circulaciones que no son óptimas, un pobre diseño de iluminación, o caprichos costosos y no fundamentados. Es parte de nuestra obligación como ciudadanos del mundo saber decir NO, y advertir al cliente de un potencial error, solamente hay que hacerlo amablemente.